¿Recuerdas que desde hace tiempo quiero platicarte de mi hermana Maru? Ella se inscribió en un grupo de la tercera edad. Le preguntamos porqué si apenas tenía 53 años en ese 2013; “bueno, me gusta estar entre la gente mayor para alegrarla”, fue su respuesta.
Aún recuerdo cuando nació
Maru, por el asombro que causaron su pelo rubio, su piel muy blanca y sus
lindas facciones. La abuelita dijo que
maru se parecía a la bisabuela y opinó que la recién nacida debería llamarse
María Luisa. Yo la veía con cierto
recelo pues estaba tan bonita que pensé que en adelante ella sería la
consentida de la casa y de la familia entera.
Al pasar de bebé a niña me
gustaba peinar sus largos y claros cabellos, haciéndole trenzas. Maru era dulce y muy risueña.
Cuando visitábamos la casa
de la abue a los demás hermanos casi nos recibían con indiferencia, pero a maru
le prodigaban más atención y cariño. No me quejaba porque antes había gozado
también de esos privilegios, pero desde que nació maru todos en la familia
decían, “¡qué bonita es!”.
Ya te había platicado que
empecé a trabajar a mis 14 años y, no es por presumir, pero en aquel entonces
traté de proveer a mis hermanas bonitos vestidos, zapatos u otros
satisfactores, como aquel abrigo que le compré a tere. Con mi primera cámara fotográfica, llevé a
Paty y Maru a un campo cercano a una laguna, no lejos de casa. Tomé varias
fotografías especialmente de Maru; lastimosamente, con el tiempo se
perdieron. Hubo una en particular de
Maru sentada en un largo y frondoso tronco que estaba recostado en la yerba. Mi
hermanita siempre estaba de buen humor y sonriente.
Por mi trabajo y porque
estaba construyéndome una clase de vida que creía mejor, pasaba mucho tiempo
fuera de casa. Mis hermanas que aún iban a la primaria, se unieron más entre
ellas y Maru fue muy cercana a Yola, que es la que sigue de mi en la larga fila
de hermanas y hermanos. Como te había dicho, ¡éramos diez!
Un sábado arreglé a Maru
para algo especial. Fuimos a que conociera a aquel famoso cantante quien
recibía a sus fans en el jardín de su casa.
Ese personaje comentó que mi hermana y yo éramos igualitas. ¡me sentí
muy halagada!
Y como sabes, Maru salió
de la casa paterna a los 15 años para vivir con José Luis, el único hombre en
su vida. Cuando hablé con él me tranquilizaron sus palabras … “no tenemos
mucho, pero nos tenemos el uno al otro y esto es para toda la vida”. Hasta la
fecha viven muy unidos. Pronto
“encargaron” su primer hijo, cuando mi hermana aún usaba calcetas. Después de Luis, llegó Nancy, quien como has
visto está convertida en una mujer que parece modelo; después Chuy, un hombre
esbelto y guapo como su hermano mayor; enseguida la preciosa Karla –quien ya
sabes, ha sido mi compañera de viajes a lugares y a nuestro propio interior,
pero esa es otra historia–. Por último llegó la bellísima Stefany, cuyo
carácter fuerte y dominante de adolescente, atrajo hacia ella misma y a la
familia algunas consternaciones, mas en la actualidad, como te he platicado, es
una admirable profesionista, linda esposa y además madre de Carlitos (un niño
extraordinario), así como de Camilita, quien ha heredado la hermosura de su
mamá y, en parte, también su carácter. También mi relación con Stefany es otra
historia …
Después de que sus hijos
crecieron, Maru estudió la carrera secretarial. Mi cuñado le pidió que no
trabajara fuera de casa pero ella se las ingenió para colaborar en la escuela
de sus hijos y también aprendió a crear verdaderas obras de arte en tarjetería,
pintura en tela, pero sobre todo con la técnica del popotillo ... Mira, aquí
está una de sus obras.
Cada uno de sus hijos ha
tenido su propia historia en la que Maru ha sido parte importante, como cuando
nació Carlitos, quien como te decía, es hijo de Stefany, quien se embarazó a
los 16 años. La historia de Carlitos y lo
que ha significado para toda la familia es también capítulo aparte y muy
relevante en mi vida; ya te he contado algunos detalles.
Bueno, me aparté de lo que
inicialmente te quiero contar. La integración de Maru a un grupo de la tercera
edad al cual lleva su alegría y aporta su gusto por el baile y el canto. Además
es líder, de los que imponen sus ideas sin que los demás se den cuenta.
En específico, te comento
lo que pasó el 21 de marzo del año pasado. Días antes Maru organizó a sus
compañeras para que participaran en el concurso “reina de la primavera de la
tercera edad” del área donde viven. Las compañeras no querían participar pues
consideraban que ya no tenían la suficiente belleza ni presencia y no querían
hacer el ridículo.
Maru ya se había fijado en
una señora un tanto gruñona llamada Alicia, quien hacía comentarios
desagradables respecto a las actividades de costura, pintura y cerámica a las
que también se dedica el grupo, pero cuando participaron en un bailable, Maru
se dio cuenta de que Alicia bailaba bien, aunque al parecer no le gustaba
participar en nada; sin embargo, asistía al grupo para no estar en su casa
padeciendo el carácter de su esposo quien aún en la tercera edad la cela y la
insulta constantemente.
Maru propuso que alicia
fuera la reina del grupo y concursara con las demás reinas de otros
grupos. Fue difícil convencer a las
demás y más aún a Alicia pues pretextaba que de su familia, nadie la apoyaría.
Maru le recomendó que no dijera nada y que antes del 21 de marzo sacara de su
casa el vestido que iba a usar en el concurso. Maru la maquillaría. La señora dijo que lo iba a pensar y por
primera vez mi hermana vio cómo se dibujaba una sonrisa en la cara adusta de la
amiga que estaba conquistando.
Para la siguiente reunión
Alicia trajo un cetro y una corona que conservaba de una nieta. Le pidió a Maru
que los guardara para el gran día.
Después trajo el vestido largo que usaría en el concurso. Maru lo adornó un
poco más.
En la gran fecha, Alicia
llegó a casa de Maru para que la peinara, la maquillara, le colocara la corona
y le enseñara cómo llevar el cetro. Pero sobre todo Maru la animó, porque en el
concurso habría que dirigir unas palabras. Alicia temblaba y parecía que iba a
llorar. Maru la animó para que dijera
“buenos días, soy xxxx y como su reina represento al grupo xxxx “.
Entre 7 señoras, la amiga
de Maru quedó como princesa. Entre las autoridades ahí presentes estuvieron
varios señores que fueron animados para ser los chambelanes de la reina y las
princesas. Alicia bailó mucho y hubo momentos
en que Maru oyó sus risas y hasta carcajadas de alegría.
Desde ese día alicia se muestra más alegre, dice que ya “se
le resbalan” los insultos de su esposo, participa más en las actividades del
grupo y en otros festivales baila hasta cansarse.
¿qué te parece mi pequeño
homenaje para mi hermanita maru?, ella está bendecida con el don de la alegría
de la que hace gala, es entusiasta por naturaleza, líder de su grupo y de su
familia. Donde quiera que se presenta el lugar se ilumina con su presencia y cuando
noto el efecto que causa en las demás personas, me siento orgullosa y doy
gracias a dios por haberme dado una hermana así.
Por último, comento que mi
cuñado José Luis me dijo hace poco que cuando regresa agotado a casa, a veces
desanimado por los rechazos que recibe, porque al pasar de los años su trabajo
como herrero no es tan valorado como antes, maru siempre lo recibe con una
sonrisa, le hace alguna broma, lo abraza calurosamente y habla con él con tanta
afabilidad que él olvida las vicisitudes del día y se siente muy feliz de estar
en ese hogar que desde hace tantos años fundó con mi hermana.
Así piensa su marido y así
lo siento yo, no porque maru sea mi hermana, sino porque a lo largo de nuestras
vidas he atestiguado que ella es una de esas personas especiales que cuando
cruzan por el camino de alguien dejan una huella inolvidable; así te cuento de
Maru, mi querida hermana.
CONY UREÑA
MARZO DE 2015
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