Vienen a mi mente
imágenes de una noche de 1999. Me veo a mí misma bajar de un auto convertible,
uso un vestido de amplio vuelo y voy ilusionada a reunirme con mi novio quien
está filmando una película. Entro al estudio, cuya iluminación se centra en los
intérpretes. Alguien me llama la atención por el taconeo de mis zapatos. Mi
novio se da cuenta de mi presencia y detiene la escena. Se encienden más luces
y él, sí él, viene hacia mí. Veo su galanura y su atrayente sonrisa. Me abraza
y miro muy de cerca su rostro, me impresiona ver sus ojos verdes. Mi emoción es
grande, pero en ese momento desperté.
Todo fue un sueño,
muy vívido, muy real. Aún ahora suspiro al recordarlo.
En el año 2000, en
el cine vi Amores Perros, la primera película de Gael García Bernal. Quedé muy
sorprendida al ver en la pantalla al hombre con quien había soñado al año
anterior. Quizás había visto su cara en alguna revista y aunque no recordara haber sabido anteriormente de él, era el
“novio” que había ido yo a encontrar en aquel set de ensueño y cuyos ojos
verdes me habían impresionado.
Una persona me dijo
que los sueños no se cuentan, que son vivencias solo para quien los
experimenta, pero ¿cómo dejar de comentar ese bello sueño?
Gael se convirtió
en una gran estrella, su actuación en Amores Perros le valió un gran
reconocimiento. Pronto emigró al extranjero y ha triunfado en cualquier lugar
donde se presenta.
Pero te cuento, la aparición
de Gael en ese mi sueño de 1999 no es la única.
No recuerdo la
fecha de cuando un mediodía estaba comiendo con una amiga en un restaurante. En
la mesa contigua se hallaba una mujer que llevaba zapatos descubiertos que
dejaban ver las plantas de sus pies. Me
llamó la atención el color verdoso y desagradable de aquellas plantas pero
estábamos consumiendo nuestros sagrados alimentos y no era momento de comentar
nada desagradable. Sin embargo, mentalmente me preguntaba qué sucedía con los
pies de aquella mujer.
Por la noche soñé
que me encontraba en aquel mismo restaurante, frente a mí, en lugar de mi amiga estaba Gael. Yo veía a la mujer con los pies enfermos y sin
preguntar a Gael qué le sucedía a ella, él me dijo discretamente al oído,
“tiene pie de atleta”. En ese momento desperté y la risa que me causó dicho
sueño, se repite cada vez que lo recuerdo.
¡Así que mi cerebro
se encarga en sueños de contestar mis preguntas no formuladas conscientemente,
en la voz y la presencia de Gael García Bernal! Curioso, muy curioso.
Quiero decirte que
no soy una seguidora de Gael; admiro su trayectoria pero no soy especialmente su
fan. Me pregunto, ¿por qué aparece en mis sueños? Porque no son solo dos
sueños, eh. Pero antes te comento algo sobre este actor.
Se ha convertido en
ciudadano del mundo. Para mí su mayor logro es haber sido presidente del
Festival de Cannes hace pocos años. Recién ganó un Globo de Oro por su
actuación en Mozart in the Jungle, no
reside en México sino en Buenos Aires y constantemente trabaja en USA.
En nuestro país ha
producido series de televisión muy exitosas, promueve películas fuera de lo
común, muy divertidas. Posee una poderosa productora y distribuidora de filmes
(Canana Films) junto a otro joven actor mexicano (Diego Luna, su “charolastra”)
y puede decirse que es un exitoso hombre de negocios.
Como muchas
estrellas de cine no le gusta hablar de su vida privada pero trascendió que
hace tiempo tenía un romance con Natalie Portman, a mí me parecía que hacían
una linda pareja. Sin embargo, cuando
ella filmaba en Europa y él en Argentina, Natalie quiso darle una gran sorpresa
visitándolo en Buenos Aires. La sorprendida fue la bella actriz porque encontró
a Gael viviendo en unión libre con su coestrella Dolores Fonzi. Leí que Natalie
quedó muy afectada. Actualmente, Gael
está separado de la guapa actriz argentina, con quien procreó dos hijos.
Y te cuento otro
suceso relacionado conmigo y Gael (jajajajaja); se refiere a que el año pasado
fui a una gasolinería a cargar combustible para mi auto. Pedí cierta cantidad
de litros de gasolina y que por favor revisaran la presión de las llantas. Sin
bajar del carro vi que el joven que me atendía sostenía una manguera que supuse
era para suministrar aire a las llantas. De pronto, del auto surgió gran
cantidad de vapor, el muchacho me pidió abrir el cofre, lo hice y salí del
coche para saber qué sucedía. El joven estaba ya regando agua para disminuir el
vapor, me dijo que el anti-congelante se había acabado, que había que lavar el radiador
y cambiar una manguera interna que estaba por reventar. Revisó también el nivel
del aceite y encontró que estaba disminuido considerablemente. Todo esto en
pocos minutos de angustia para mí. La amabilidad del muchacho me consolaba pues
me pedía no preocuparme. Lavó el radiador, cambió la manguera descompuesta,
niveló el aceite y el anti-congelante y después de 40 minutos pagué una cuenta
bastante alta … yo sólo había ido a cargar gasolina. Me conforté pensando que
lo bueno era que el vapor había surgido ante quien me pudo ayudar … hubiera
podido pasar en otro lugar … no sé.
Esa noche, en
sueños “platiqué” a Gael lo sucedido en la gasolinería. Él me miró fijamente y
me dijo,“te hicieron un fraude”. Su voz
sonó tan fuerte que desperté sobresaltada.
Repasé mentalmente el incidente y me di cuenta que aquel muchacho tenía
consigo una manguera para agua, no para aire. De alguna manera había rociado
agua para provocar el vapor que me asustó …
A la mañana siguiente revisé el nivel del aceite, había de más. Poco a poco me fui percatando de que, en
efecto, había sido víctima de un fraude.
No sabes cuánto me
río de las ocurrencias de mi subconsciente, de esos sueños tan locos, mismos
que recuerdo como si hubieran sido sucesos reales.
Del actor Gael
García Bernal, te cuento que en México tiene fama de presentarse poco arreglado
y ser arisco con la prensa; cuando está aquí emite opiniones de izquierda pero
se le agradece que de realce a un festival cinematográfico que él mismo
impulsó.
Respecto a los
periodistas, te platico que una importante entrevistadora conversó con él
cuando Gael estaba filmando bajo la dirección de Almodóvar (cuya película no me
gustó). Vi en la tele como esa
intelectual mujer, siempre propia y distinguida, devoraba al actor con la
mirada. Me percaté del impacto que produce, debe ser un hombre bello en
persona. Solo en “El Crimen del Padre Amaro”, me pareció tan guapo como lo veo
en mis sueños. En “Rudo y Cursi” admiré
su vena cómica y creo que canta mal, pero justo por una canción de esa
película, fue nombrado “cantante revelación”.
Lo más cerca que he
estado de Gael García Bernal fue un día en que abordé el elevador del edificio
de oficinas donde trabajaba. Iba con prisa y me sentí ansiosa porque el
elevador bajó al piso del estacionamiento donde entró un hombre con zapatos sin
lustrar, jeans rotos y rostro sin
afeitar. Pensé en Gael al recorrer con la mirada la figura del joven quien me
saludó sonriente. Era Diego Luna, “charolastra” (amigo incondicional) del
hombre de mis sueños.
Ya nos acostumbraste a tu calidad de escrita. Congratulaciones, amiga.
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